EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA



La aplicación de la técnica metodológica del compañero-tutor demuestra ser una estrategia eficaz de trabajo en el aula  

La presente experiencia hace referencia a la utilización de la técnica metodológica del compañero-tutor en edades tempranas, cuya aplicación  mejora el rendimiento académico en las áreas instrumentales, en cuanto proceso planificado y mediado por el docente.

             
Esta estrategia metodológica previene dificultades de comportamiento, asociadas a falta de adaptación al centro o a otras socio-personales, y posibilita una  vía  muy  adecuada  para planificar la Atención a la Diversidad. Es aplicable tanto en el aula ordinaria como en el Aula de Educación Especial, planificada desde el Plan de Atención a la Diversidad y en el Proyecto Curricular de la Etapa.
Esta técnica mejora la relación familia-escuela dando soporte a la Educación en Valores, socio-emocionales y a la construcción del proceso de socialización del infante en edad escolar.
Desde la filosofía del enseñar a pensar y a aprender (Feuerstein, Gowin y Novack, 1980), hasta la concepción mediacional del aprendizaje (Feuerstein,1979; Tapias, 1990), se propone un modelo de educación fundamentado en la construcción social del conocimiento, es decir, el conocimiento se construye cuando el niño interactúa con su medio y en esa relación dialéctica, adquiere los “mediadores instrumentales” (Vigostky, 1979), necesarios para construir con ayuda de un igual o adulto su proceso de aprendizaje, lo que le permitirá adaptarse a su medio y transformarlo.
Desde este paradigma teórico la relación de interacción entre iguales, se sitúa en la filosofía del aprendizaje cooperativo (Jonson y Web, 1985), que establece que en esa relación de dar y recibir ayuda de forma recíproca, ambos se benefician del proceso, ambos aprenden, desarrollan habilidades relacionadas con la construcción de su personalidad: Habilidades sociales y de comunicación y aprender a transferir lo aprendido a situaciones prácticas, cercanas y cotidianas, lo que hace al aprendizaje más significativo.
Esta construcción social del aprendizaje ayuda a mejorar las relaciones entre iguales, así como, la motivación, el interés y la curiosidad por el aprendizaje; y como consecuencia de ello, su rendimiento académico general.

 Una filosofía de trabajo 
Desde la filosofía de la experiencia de aprendizaje mediado, la estrategia de aprendizaje cooperativo y la técnica de compañero-tutor o aprendizaje entre iguales se promueve una forma de aprendizaje más significativo, en el que a través de la interacción entre iguales, se optimiza el potencial de conocimiento, maduración y aprendizaje de cada alumno.
Según los trabajos de investigación de Web (1985) en su experiencia individual de interacción, concluye que en el proceso de aprendizaje cooperativo, no sólo se beneficia el que ofrece la ayuda, sino quien la recibe, siempre que ésta esté formulada en un nivel de comprensión apropiado y sea necesariamente empleada por éste.
Si trasladamos este enfoque metodológico al trabajo en nuestras aulas, las programaciones didácticas en cada una de las etapas, podrían proponer enfoques metodológicos y modalidades de organización del aula que promovieran el aprendizaje entre iguales, desde un tratamiento a la diversidad, no sólo de capacidades, sino de habilidades, destrezas, preferencias, intereses y motivaciones.
La filosofía del aprendizaje mediado pasa inexorablemente por la concepción del docente no sólo como un facilitador del proceso de enseñar a pensar y aprender, sino como un mediador entre iguales que construye significados sociales en la relación con el entorno, para que después éste pueda aplicarlo y dotar de significado sus experiencias no formales.
Desde esta perspectiva estratégica de trabajo en el aula todos los alumnos de forma recíproca aprenden a empatizar con el compañero, son capaces de orientar su proceso de aprendizaje de forma negociada, donde el docente solo interviene como mediador del proceso, facilitando recursos, preparando a cada alumno en el desempeño de su competencia, enseñando y descubriendo habilidades sociales y de comunicación y  ayudando a desarrollar la imaginación de cada alumno.

 Aplicación en el aula 
 Si nos preguntamos como llevar a la práctica en el aula esta estrategia de aprendizaje cooperativo, debemos de hacer mención a la práctica, a la experiencia del docente y a los resultados obtenidos.
Para ello, indicaré algunas pistas a proponer en el diseño de esta estrategia:
 1º.-Planificar adecuadamente la estrategia en el diseño de nuestra programación didáctica, generalizable a todas las áreas.
 2º.-Proponer un trabajo en tutoría con los alumnos para motivarlos en esta forma de trabajo, incluyendo a los padres. Ofrecerles información sobre: Concepto, forma metodológica y beneficios para el trabajo educativo.
 3º.-Trabajar de forma integrada en el currículo de la Etapa un programa de Educación en Valores y habilidades sociales y de comunicación, fomentando el interés por habilidades como la empatía, respeto, aceptación, escucha activa, asertividad, como más significativas.
 4º.-Definir una organización social del aula en forma cooperativa, los agrupamientos en forma de “U”, que favorezcan un clima de trabajo de aceptación y diálogo.
 5º.-Seleccionar los grupos de alumnos de dos en dos, de forma que ambos se beneficien. Por ejemplo: Un alumno superdotado podría ayudar a un alumno con un desfase curricular en relación a su nivel de conocimiento, quizá el alumno con desfase curricular permita que el alumno superdotado aprenda a autorregularse, respete diferentes puntos de vista, mejore en algunos hábitos de trabajo. Por tanto, ambos son beneficiados.
 6º.-El profesor media en la relación con los alumnos, creando espacios dentro del aula que exijan una forma de agrupación de dos en dos y en la que de forma previa se valore el grado o la calidad de enriquecimiento personal.
 7º.-El alumno de forma individual ha sido instruido, informados previamente los padres, en una forma de trabajo que le ayudará a desarrollar su potencial de trabajo, tratará de orientar sin dirigir el aprendizaje del compañero, sólo cuando éste requiera la ayuda, adoptando tiempos de espacios en los que se favorecerá mediante un ejemplo o pista la propia ejecución, la reflexión de lo realizado y la autoevaluación.
 8º.-Cada alumno verbalizará el proceso seguido en el trabajo y pedirá de forma bidireccional que el compañero verbalice paso a paso e interiorice el proceso a seguir, de forma que éste pueda comprobar en qué grado ha aprendido, si ha consolidado el aprendizaje y si es capaz de generalizarlo a otras áreas o situaciones próximas.
 9º.-Por último, el docente proporcionará los recursos, supervisará la ejecución del trabajo de ambos y motivará sus realizaciones, pudiendo solicitar la revisión o autoevaluación de lo realizado. El alumno podrá rellenar unas plantillas individuales apuntando en qué aspectos ha dudado, cómo lo ha resuelto, qué pasos ha seguido en su explicación y en su ejecución y cómo valora la actividad.

 Reflexiones finales 
 Para finalizar se apuntarán los aspectos que benefician esta estrategia metodológica entre iguales: 
Previene situaciones conflicto ya que el alumno aprende a autorregular su comportamiento, va adquiriendo en un proceso de instrucción pautado y con ayuda del profesor, habilidades que le permiten comunicarse, compartir y empatizar con sus iguales. 
Ayuda a la superación personal, motiva la curiosidad e interés por el aprendizaje, con lo que el alumno comprueba su capacidad real de éxito, con lo que gana confianza en sus posibilidades individuales y refuerza su motivación por aprender. 
Mejora el diálogo y la aceptación a la diversidad ya que todos son ayudados y todos aprenden a desempeñar un doble rol, “dar y recibir ayuda”. 
Aprenden a valorar diferentes puntos de vista, resuelven problemas empleando enfoques diferentes. 
Aprenden a verbalizar el proceso mental de aprendizaje, después a interiorizarlo y posteriormente a revisar y reflexionar sobre lo aprendido. 
Se les instruye en técnicas de autoevaluación, localización de errores como fuente de aprendizaje, con lo que aprenden a valorar el error de forma positiva. 
Perciben desde otro punto de vista a la figura del profesor, no como un líder impuesto, sino como un mediador del proceso. 
Como conclusión, se apunta que tanto los alumnos con NEE, como sin NEE se benefician de esta forma de trabajo metodológico, aprenden a aceptarse y ser más tolerantes y comprensivos ante la diversidad. Por tanto, no sólo se desarrolla el proceso afectivo-social del alumno, sino que se mejora de forma significativa su rendimiento académico general, sobre todo si es aplicado desde las primeras etapas educativas.


María del Carmen Girón Calero

Psicopedagoga y Profesora de Atención a la Diversidad
Fuente: www.comunidadescolar.educación.es 

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